19 de septiembre: encuentro y partida en el rock


19 de septiembre

El día 19 de septiembre es una fecha contradictoria para el mundo del rock y sus seguidores, pues sucedieron dos acontecimientos contrastantes sumamente importantes: uno de ellos es gozoso y el otro es doloroso.

El 19 de septiembre de 1981, en el Central Park de Nueva York y ante una multitud de más de medio millón de personas, Paul Simon y Art Garfunkel volvieron a unirse para dar un concierto, después de diez años de haberse separado. El inconfundible tono y la gran gama de registros que alcanza la voz de Garfunkel recrearon las bellísimas rolas compuestas por Simon cuando eran dúo y le dieron el timbre que faltaba a las rolas que Simon compuso después de la separación y que interpretaba como solista.

SIMON AND GARFUNKEL – THE CONCERT IN CENTRAL PARK NEW YORK from Miguel Angel on Vimeo.

El público en su mayoría era de jóvenes de la edad de los cantantes y durante casi cuatro horas de concierto obligaron a volver a salir al dueto varias veces. Una de las partes centrales del concierto ocurrió cuando al cantar «The boxer» (El boxeador) añadieron una estrofa que alucinó a todos: «After changes we are more or less the same» (Después de cambios y más cambios, seguimos siendo más o menos lo mismo). Es una dura crítica a los jóvenes de aquella generación vigorosa y revolucionaria que, en su lucha contra el poder en sus distintos ámbitos, no soportaron el desgaste y los golpes y prefirieron entregarse a cambio de tener asegurada la vida, escalando y conviviendo rastreramente con los que combatían y despreciaban. Al mismo tiempo es una invitación a reconsiderar la vida, a analizar el carácter real de los cambios cuando no significan avance sino retroceso. Pero el concierto no sólo fue crítica, sino también nostalgia, buena música y excelente poesía. Una muestra de ello es esta rola que interpretaron sin la banda que los acompañó, lo que permitió recrearse con el virtuosismo de Simon en la lira.

Old friends

Paul, Simon (1968)

Old friends, old friends,
Sat on their parkbench like bookends
A newspaper blown through the grass
Falls on the round toes
of the high shoes of the old friends

Old friends, winter companions, the old men
Lost in their overcoats, waiting for the sun
The sounds of the city sifting through trees
Settles like dust on the shoulders of the old friends

Can you imagine us years from today,
Sharing a parkbench quietly
How terribly strange to be seventy?

Old friends, memory brushes the same years,
Silently sharing the same fears.

Cuatro años después de este memorable concierto, el 19 de septiembre de 1985, la ciudad de México fue sacudida por violentos terremotos que devastaron buena parte de la ciudad y cobraron un enorme tributo de vidas. Uno de los que fue devorado por la furia de la tierra fue el maese Rodrigo González, cabeza visible del rock rupestre, y quien se empeñó en demostrar la posibilidad de equilibrar buen rock mexicano con letras poéticas en español.

Es gracias a Rodríguez que se desarrolla un rock inteligente, honesto, que cautivó a grandes sectores de la juventud, orillando a los dueños de disqueras, difusoras masivas, y espacios para conciertos y tocadas que abrieron sus puertas al gusto de la juventud. Esto no tiene mucho que ver con el rock en español importado, la creatividad de los nacionales empujó fuerte, obtuvo lugares y sigue cuestionando al rock simplón que promueve el capital. Rodrigo aportó su capacidad a éste y otros movimientos.

Dos de los más grandes poetas que ha dado el rock mundial confluyen en un mismo día para ser recordados por sus seguidores: Paul Simon en un concierto celebérrimo uniendo sus nostalgias con Garfunkel después de diez años y Rodrigo González despidiéndose del personal, apabullado por las ruinas de la vieja ciudad de hierro.

Una muestra del genio rupestre es esta rola:

Algo de suerte

Rodrigo González (1986)

En este cuadro de boxeos interminables,

en esta tienda de seres humanos desechables, en el resumen de arquetipos conjugados,

de tiempos duros explotando en todos lados.

A veces siento que se cae esa coraza

que me mantiene seguro de moverme en todos lados y entonces pienso que he corrido con algo de suerte en estas páginas dibujadas por la muerte.

Yo pienso que has corrido con algo de suerte en estas páginas dibujadas por la muerte.

Nota publicada en: Los salvajes (en)cantan a la civilización. Notas sobre rocanrol desde Oaxaca (1992)

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19 de septiembre: encuentro y partida en el rock
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