Efecto Marea


Hoy desperté con tu recuerdo royendo mi máscara.
Te creía lejos, pero el efecto marea te
ha traído. Y no sé si es la luna o
tu seno izquierdo (que cabía perfecto en mi mano)
Al cual llamabas Luna. Poco comprendo yo de fuerzas,
de leyes. Sólo sé que mi cuerpo añora
tu cuerpo. Y es como un hambre, se parece
al hambre. Yo intento mantenerlo contento. Te juro
que le doy de comer, me tomo con juicio
la sopita sin amor. A veces hasta le doy desayuno
y almuerzo. No es ese el problema, mi cuerpo no
muere de inanición, muere de ti,
de tu ausencia que hunde su talón en mi pecho,
de tu ausencia que es como un tanque
que me pasa por encima. Porque, después de todo,
para qué gastar munición en mí?
Tu atravesaste el puente,
después, quemaste mis venas.
Una y otra vez repito
Me rindo, me rindo, me rindo! Pero no te
satisface. Quieres asegurarte
de haber sido un completo Armagedón
en mi pesebre, quieres frustrar el rito
que me devuelva a la vida. Te
he tomado demasiado en serio, esos son los cargos,
Has logrado condenarme aunque sonrío.
No era mi intención irme sin haber
amado como un loco que aúlla el recuerdo
de haber quebrado tu represa.

Previous Nada poética
Next Panoramica de una habitación estrecha