Poemas de Ingrid González

Descendencia

En la casa de mi madre
la mesa
que antes unía a la familia
sirve como ventana
hacia los pies ahora ausentes.

No hay calor tampoco
porque la cama del gato
es el edredón
de las hijas que se fueron.

Mi madre
nunca tejió nada nuevo
para nosotros,
pero hubo alguna vez
en su casa
una especie de fuego
que nos reunía
y abrigaba.

En la casa de mi madre,
por ende,
ya no se habla
ni se cuentan historias.

Todos debimos morir un poco
cuando mi madre
rechazó su propia estirpe.

Cada vez que nos decimos adiós

Cada vez que nos decimos adiós
hay un centímetro del fuego
que se alza sobre la roca
en forma de ceniza

hay un fragmento de piel
que se encoje sobre ella misma
y retuerce
y duele

hay un puño tibio,
azul,
que se posa en un umbral
invisible.

Y la ira.

Hay una ira
cada vez que nos decimos adiós;
enloquecida,
silenciosa.

Retorno a un vacío

Todo lo que quise yo
tuve que dejarlo lejos,
siempre tengo que escaparme
y abandonar lo que quiero…
Manuel Mejía Vallejo

Vine para extraer una memoria
—Recorriendo puertas, tocando ventanas
sin embargo un mueble viejo no habla
—Hallando el despojo de una época
mucho menos los cuartos de un espíritu hambriento.
—Aullando a solas, buscando a tientas
Te dije algún día «la tierra me reclama»
—La voz de subsuelo
y de reclamos ahora no encuentro nada
—Una respuesta como puzzle
nada de ti, nada de recuerdos.

Volví después de pisar pequeñeces
—Enanos, gnomos enfermos
con la fe de una montaña,
—Una pizca nada más, ¿nada más?
con la curiosidad de un gato
—El felino ha muerto, sació su curiosidad
y el respaldo de tus palabras «volverás, volverás»
—Mirada de gloria
para encontrar paredes
—Otra dimensión
que repudiaban mi anterior huida
—«la tierra me reclama»
pero ahora me acogen, me dan la bienvenida.

Niego mi sorpresa
—Extranjero que regresa
ante todo lo dejado por ti,
—Maderamen, sólo maderamen
un recuerdo de cuadricula y
—Palabras que se cortan
un espacio ahora desconocido;
—Me da la bienvenida, me acoge
porque conocía las últimas noticias
—Todo vuelve a su final
del exorcismo de tu tierra.
—Y ya no puedo compartir nada contigo
«volverás, volverás»

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