Con la Censura, el pensamiento y la imaginación


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Una nueva ruta nos ha llamado a defender lo que aún no conocemos, lo que no se nos ha permitido conocer. Esa delgada línea entre lo impuesto y lo que se manda a callar, no es otra cosa que la actividad licenciosa de censurar. El trecho más difícil, ha sido el de no ceder ante la seducción y el confort que ofrece un crimen: autocensurarnos.

Esperamos, de la misma manera, que tras cada gota de tinta que se nos esfumó, Ud. allí se asombre e indigne por todas las capas de censura que se interponen entre el mundo y sus ojos.
Así visto, la censura es todo lo que siempre quisimos hacer y no pudimos, por alguna razón que ahora nos parece demasiado idiota. ¡Censura…no me hables de eso! porque tú eres un censor.

 

 

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