Un río se cubrió de fuego
UN RÍO SE CUBRIÓ DE FUEGO
y me aburren tantas imágenes,
los cadáveres de ciudades crecen
como un dolor que perdió su origen.
La extrañeza de mi grito
salva mi abismo
pero no se mueve, no se inquieta,
quiere recorrer el mundo
pero sólo es una sombra que no tiene su suelo.
Tanto dolor y no hay piel que lo agarre,
no hay nervio que combata con él,
el alma es pequeña en todas las guerras,
el cuerpo es frágil, todo el tiempo.