La hora del poema
Texto concebido en un Centro, Lomas, Molinos
tiene como único mérito haber sido escrito
a pesar de los huecos
Subes
te asomas
en el poema:
El fuego, por más ebrio que esté, le teme al mar
y sólo he visto el mar
en la palabra
Así, pronuncio tu nombre
Si digo lluvia
el cielo se desmaya sobre mí
o al menos eso parece
desde la ventana del bus
Cuando duele la realidad
—y los cuchillos no tienen filo—
es la hora
de echarse el poema
El vendedor de dulces no sabe
porqué sonrío.
Domesticados
El día es un policía
arruina la fiesta
se lleva a mis amigos indocumentados
Los poetas no tienen carné
No se bañan a las malas
ni se disfrazan para ir al trabajo
Ven el mundo por debajo de los tacones
Perdieron quinto y varios séptimos en el colegio
pero conservaron la inocencia.
Masco el mundo como un chicle viejo
Mascota de la noche canela.