Empty Boy desde hace más de cinco años juega con los lugares del erotismo, la pornografía y la sociedad de consumo. Su apuesta artística le da un rostro diferente a los distintos muros que interviene y reinventa la ciudad que habita. Los invitamos a conocer su particular mirada artística en esta entrevista que concedió a la Revista Contestarte.
Revista Contestarte: ¿En qué momento nace artísticamente Empty Boy?
Empty Boy: No lo sé. Nunca consideré lo que hacía como arte, ni me preocupé por eso, así que es difícil encontrar un momento. Una respuesta tonta sería que nace artísticamente cuando las demás personas lo asumen de esa manera.
R.C.: Considerando que estudiaste arquitectura, ¿Cómo crees que conversan la arquitectura y el graffiti?
E.B.: En mi trabajo creo que no conversan mucho, pero viéndolo desde un punto de vista más del espectador (y divagando un poco), quizás a un nivel urbano el papel del graffiti es evidenciar los problemas de planeación de la misma, por ejemplo, las troncales de Transmilenio (av. suba, kra 30, av. caracas…) son las avenidas que más graffiti tienen, precisamente porque es un sistema que nunca ha considerado su entorno (la ciudad) y que va rompiendo y segregando la ciudad por partes, por lo cual, hace que estos residuos sean poco atractivos para el ciudadano y a su vez para proyectos urbanos (vivienda, colegios, edificios institucionales, parques, centros comerciales..). De esta manera, se convierten en espacios propicios para hacer graffiti. Podría decirse que es un modo de apropiación de la ciudad, por otra parte, pensaría que el graffiti también invita a caminar la ciudad a observarla y a ser espectador de su transformación, ¡hey! ese graffiti no estaba ayer.
R.C.: La mirada del observador suele rotular la obra que mira, a veces de manera acertada, otras veces no, para algunos espectadores tu apuesta artística está inscrita en los terrenos de la pornografía. ¿Cómo defines tu trabajo?, ¿Qué temas, búsquedas y preguntas te impulsan a realizar cada graffiti, serigrafía, collage, etc.?
E.B: No lo defino de ninguna manera quizá porque si trato de hacerlo le voy a poner unos límites a mi trabajo que no quiero considerar. Aunque formalmente todo lo que hago vaya enfocado en algo muy claro, ya lo ha dicho la pornografía, los temas pueden ser muchos y que van más allá de la mera forma. Temas como la cultura popular, la sobreproducción de imágenes, la desnudez, la doble moral, los objetos y la memoria, la publicidad, la sexualidad, la censura, el consumo….
R.C.: Alguna de las actrices o modelos del mundo de la pornografía ha conocido alguno de los graffitis o serigrafías en las que han participado. ¿Cuál ha sido su reacción?
E.B.: Sí lo han hecho, las redes sociales nos permiten eso, algunas veces lo comentan o lo publican.
R.C.: Ante una sociedad de doble moral que desdeña el desnudo erótico en un muro, pero valida la precaria puesta en escena de la sexualidad y el erotismo en la telenovela de turno o en los contenidos de la música que escucha, sociedad de radicalismos religiosos y demás, ¿qué papel crees que juega tu apuesta artística?
E.B.: Creo que ninguno, al menos que yo sea consciente, no pretendo cambiar formas de pensar ni imponer nada, ni dar una lección sobre lo que debería ser o no ser, algunas veces pienso que lo único que hago es molestar a quienes no se les da bien ver esas imágenes.
R.C.: Considerando que tu trabajo ha tenido la posibilidad de exhibirse en los muros de distintas ciudades, así como en galerías, podrías contarnos cuál es tu apreciación de estos dos escenarios. ¿Cuál prefieres?
E.B.: No estoy seguro cada una tiene sus bondades y una se alimenta de la otra, ambas me gustan.
R.C.: Hace poco participaste en la segunda edición de Latinograff en Francia como artista invitado en representación de Colombia, junto a otros artistas de países como: Brasil, Chile, Uruguay, entre otros. El lema de este año fue «Paz partout», cuéntanos un poco sobre el trabajo que llevaste y la experiencia allí.
E.B: El festival estaba pensado como una convocatoria, participé con una serie de tres serigrafías que hablaban de lo violento que podrían resultar imágenes eróticas Versus las imágenes explicitas de violencia que se consumen a diario en las noticias, y que para nada son censurables. Aparte de ello estuve un mes pintando muros y exponiendo en distintos sitios.
R.C.: Actualmente y hasta el 30 de septiembre está abierta la exposición “Vulgar X” de tu autoría en el Espacio Van Staseghem en la ciudad de Bogotá. ¿Qué podrá encontrar el espectador allí?
E.B.: La galería cuenta con tres salas de exposición. Esta exposición fue curada por Juan David Quintero y lo que planteamos con él fue recopilar el trabajo de los últimos 3 o 4 años. En el espacio principal se exponen varias de las obras que he pintado en la calle y una serie de serigrafías, en el segundo espacio podrán encontrar un trabajo que va enfocado hacía lo mismo (esténcil), pero que hace parte de mi proceso creativo, entonces podrán ver allí esténciles pequeños sin usar y los sketches que hago para previsualizar los esténciles en gran formato que normalmente hago en la calle y por último podrán ver un par de animaciones en rotoscopia.
R.C.: El número 18 de nuestra revista tiene como tema la vida cotidiana, gracias a trabajos como los tuyos se reinventan esos lugares por los que usualmente pasaríamos de largo, pienso en el caso de tus murales. Ellos nos invitan a detenernos en medio del afán y la rutina. ¿Desde dónde miras la vida cotidiana?, ¿Qué cosas de ella te inspiran o sorprenden?
E.B.: No sé si la cotidianidad me inspira, lo que si sé es que me aburre y posiblemente es desde el aburrimiento que me ofrece la vida cotidiana que decido hacer lo que hago.