El velo, las cadenas y la mordaza. Historia de la censura: El afán del adoctrinamiento y el temor al pensamiento


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1976 Libertad

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas, ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel. Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa.
Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
– ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
– Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
– Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

Eduardo Galeano. Memoria del fuego III: El siglo del viento. 1987

Pero… ¿por qué están prohibidos los pájaros, las mariposas, las mujeres embarazadas y las estrellas? ¿Qué pretende el censor? ¿O más aún, a qué le teme? ¿Por qué los árboles no están prohibidos? La respuesta puede parecer obvia, otros siendo rigurosos podrían someterla a un análisis político, histórico, si se quiere hasta discursivo (algo así como: Elementos subversivos en los dibujos de pájaros hechos por niños de 5 años), probando argüir acerca de la función represiva del censor; pero por más reflexiva y elaborada que sea la explicación nunca será tan contundente, tan franca y clara como la creatividad de Milay, escondiendo los pájaros entre las ramas del árbol. Seguramente ella no sabía por qué debía esconderlos, pero lo hizo, no con la simple intención de burlar el censor, sino porque ella sabía que esos pájaros eran importantes para su padre, serían motivo de fugaz alegría y aunque fuera tan sólo por ese instante, él estaría libre de la represión y la zozobra. Por eso Milay es claro ejemplo de la urgente necesidad de transmitir esperanza; derrotar la censura como imperativo de la resistencia, romper sus cadenas ahí donde impone barreras al pensamiento, quitar la mordaza al espíritu creativo del ser humano. Esa es la misión;un ineludible compromiso con la esperanza.

El Concepto: ¿Unanimidad O Debate?

Trabajar bajo censura es como vivir en intimidad con alguien que no te quiere, con quien no quieres ninguna intimidad, pero que insiste en imponerte su presencia. El censor es un lector entrometido […] y lee tus palabras con desaprobación y actitud de censura. (Coetzee, 2007: 57)

Tomemos como punto de partida nuestra mente. La batalla de las ideas y sus ideologías (forma dogmática de ver el mundo como una teoría acabada y absoluta que no permite ser interpretada ni mucho menos interpelada), encuentra en la censura su arma más nociva y desleal, que ejecuta cercenando toda percepción foránea, al basarse en la unanimidad. Quien censura no sólo busca intimidar, no le basta tu silencio, además, y sobre todo, pretende encasillarte, «enseñarte» a pensar. Pero no es solamente impuesta. En la séptima acepción del diccionario de la RAE se define como: «Vigilancia que ejercen el yo y el superyó sobre el ello, para impedir el acceso a la conciencia de impulsos nocivos para el equilibrio psíquico»; la dualidad entre lo que deseamos y lo que debemos hacer, la lucha entre el «bien» y el «mal», «cuestión de gustos», «la voz de la conciencia» dirán. Consciente e inconscientemente, a cada instante sometemos a juicio, el mundo que percibimos definiendo gustos e intereses.
Por este filtro se ciernen amigos, intereses académicos y profesionales, afinidades emocionales, apreciaciones estéticas, y principalmente juicios morales, todo es sensible del matiz de los prejuicios y el contexto in situ. Dice el refrán: «con la vara que midas serás medido».

El término censura se aplica a diversos fenómenos que van desde lo psíquico hasta lo jurídico. En cada una de estas aplicaciones se transforma en su significación, en su operación y en el objeto sobre el que se ejecuta. No es lo mismo la censura que lleva a cabo el preconsciente sobre el deseo, que la que lleva a cabo el Estado en relación con las manifestaciones públicas. (González, 2009: 37)

Así pues, tenemos dos caras de una misma moneda, y es probable que surja el interrogante de si la censura es mala al ser impuesta, o buena al ser propia… no hay tal, no existe forma de asegurar que aquello que el yo estima como apropiado, no tenga visos de arbitrariedad, como tampoco puedo alegar que guardar silencio en una biblioteca atenta contra mi libertad de expresión. En resumen, la censura en cuanto a su alcance se encuentra supeditada al contexto y la intencionalidad con la que se origina; personalmente creo que puede ser benéfica siempre y cuando, sea producto de la confrontación de las ideas y no de su supresión, es decir, debe surgir de la libertad de expresión. Respecto a la exploración que prosigue, dejaremos al margen las vertientes estética y moral, y tomaremos como referencia la concepción política -Censura: represión más o menos violenta, de las libertades de expresión, ejercida por los poderes mediante organismos especializados, o simplemente por el ejercicio de presiones indirectas […]Puede decirse que, en general, todas las sociedades tienen alguna forma de censura, pero estas formas varían enormemente, entre las sociedades represivas y las tolerantes. También puede considerarse, que la censura ha estado manifiesta en todas las épocas de la historia. Puede decirse que ésta se utiliza siempre en el sentido del poder que la ejerce, no solamente en el sentido de la política de ese poder sino en el de sus intereses y los de las personas que ocupan la cúspide del poder. En los casos extremos las ideas y opiniones de las personas que ocupan el poder, son las únicas que pueden traspasar a los medios de expresión […] (Tecglen, 1974: 69)-, y en especial la relación que se establece entre censura y poder, entendiendo este último, como la capacidad de influir sobre una persona, colectivo, o institución para cambiar o alterar su forma de actuar o pensar, controlándola de forma total o parcial, subyugada o condicionada.

El Velo: La Destrucción

Allí donde queman libros, acaban quemando hombres.
HEINRICH HAINE (1821)

La censura como institución es tan antigua como el pensamiento mismo y las múltiples formas de documentarlo, sistematizarlo, transmitirlo y expresarlo; pero, por el contrario, aquella pretende borrar todo vestigio, suprimir la memoria y en consecuencia someter la identidad. Hago referencia a esta relación dada la evidencia de que el proceso creativo (político, artístico, filosófico) arrastró desde sus más remotos orígenes las cadenas de la difamación, el oscurantismo y lamentablemente en repetidas ocasiones, la destrucción. En Historia Universal de la destrucción de Libros (2004), Fernando Báez, hace recuento de las sombrías motivaciones de los biblioclastas, que, en épocas que distan desde el antiguo Sumer hasta la reciente invasión a Irak (con la conocida historia del saqueo a la Biblioteca Nacional de Bagdad -al respecto véase: Báez,Atentado cultural en Irak-), o en latitudes inconexas, como la China imperial y la Mesoamérica precolombina, han sido participes de la destrucción de la herencia cultural de la humanidad, justificándose en razones políticas, religiosas, ideológicas, supersticiosas y en muchos casos egocéntricas. Así fue como pasaron por la hoguera tablillas, papiros y códices, pero también manuscritos, tratados y obras completas de filósofos, científicos, novelistas y dramaturgos culpables por su pensamiento «pernicioso y abstracto» en la revolución cultural de Mao, o por su ascendencia Judía en la Alemania Nazi donde Goebbels, ideólogo del Reich, organizó la quema de libros del 9 y 10 mayo, cuando las juventudes hitlerianas destruyeron más de 25.000 ejemplares de la Biblioteca de la Universidad Von Humboldt de Berlín. Obras de Marx, Kafka, Freud, Remarque… sucumbieron en el Bibliocausto Nazi, mientras Goebbels atizaba a los enardecidos estudiantes: «Por tanto ustedes están haciendo lo correcto, cuando ustedes a esta hora de la medianoche, entregan a las llamas el espécimen diabólico del pasado […]» (Báez, 2004: 220).

Pero no siempre la censura significo necesariamente la destrucción o el ocultamiento. Si bien estas prácticas constituyen por mucho su herramienta más generalizada, no tardaron mucho los entes del poder en percatarse de la conveniencia de que su aparato represor, enfocara sus esfuerzos no sólo en menoscabar las objeciones al sistema, sino también, en desarrollar paralelamente la propaganda oficial, de manera que esta doble manipulación opera como una aplanadora que allana los cimientos de la nueva cosmovisión estadista -Las tiranías, por lo general, fueron fomentadoras entusiastas de las bellas artes y de la literatura en todas sus manifestaciones, inclusive la filosofía. […] el mecenazgo generoso de las artes y las letras. Por primera vez en la historia de occidente, el estado se percata de la enorme fuerza propagandística que hay en la literatura hábilmente dirigida, y también de los peligros inherentes a su falta de control. (Gil, 1985: 32)-

La campaña propagandística se desarrollará a través de todos los medios posibles, en pos de la magnificencia del régimen y sin importar, qué tanto se pueden afectar los referentes o las tradiciones históricas, a fin de cuentas, lo que se pretende es construir la nueva unidad; no existen reparos en fragmentar la memoria.

Para conseguir un estado de opinión propicio, a más de la ocultación de lo inconveniente, se ponían en marcha todos los recursos de una propaganda oficial mejor organizada que nunca, a veces con mentiras tan descaradas que no pudieron ni pueden engañar a nadie, pero otras, con falsedades especiosas que menoscaban grandemente la verdad histórica. (Gil, 1985: 329)

Ahora bien, cuando hablamos de las secuelas de la censura en la memoria y la identidad, se hace referencia a estas como categoría política, en cuanto un pueblo sin memoria es un pueblo sin pasado, sin raíces, e ignorante de su cultura, carece de fundamentos que sustenten una postura política ante su realidad y su devenir. Una vez se pierde la cohesión socio-cultural, es sumamente difícil hallar un horizonte político en común, por tanto, las relaciones entre el individuo y el colectivo son frágiles y fácilmente permeables por tendencias absolutistas, que, como hemos visto, colman el vacio de identidad con una doctrina basada en la figura-ideología central y la homogeneidad de pensamiento. «Nosotros, indios y campesinos, nos hemos dado cuenta del engaño. Ahora sabemos que si se nos enseña a olvidar quiénes somos y de dónde venimos, es para que no sepamos a dónde ir; porque no le conviene a los explotadores que sigamos nuestro propio camino» Indígenas del Cauca 1974. (Rodríguez, 1975).

La Mordaza y las Cadenas. Represión a la libertad de expresión

We don’t need no education
we don’t need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teacher leave them kids alone
Hey! Teacher! Leave them kids alone!
All in all it’s just another brick in the wall
all in all you’re just another brick in the wall
Pink Floyd; Another brick in the wall (part 2) 1979.

La mordaza y las cadenas van atadas con un mismo nudo. Cuando se somete la libertad de expresión, en efecto, el pensamiento enfrenta condicionamientos que lo coartan y pueden incluso llevarlo a cuestionar sus convicciones, o por lo menos a dudar si son pertinentes o factibles. Existe un riesgo latente de amoldarse al statu quo, bien sea por temor, o por mera conveniencia (es importante mencionar, que el estrangulamiento económico es otra medida de presión, que puede utilizar el censor), al punto de legitimarlo y sucumbir ante la autocensura:

Hecho mi examen de la ley, voy a leer mi artículo; con el reglamento de censura a la vista, con la intención que me asiste, no puedo haberla infringido. Examino mi papel: no he escrito nada, no hecho mí artículo, es verdad. Pero en cambio he cumplido con la ley. Este será eternamente mi sistema: buen ciudadano, respetaré el látigo que me gobierna y concluiré siempre diciendo: lo que no se puede decir, no se puede decir. (Larra, 1834)

Afortunadamente desfallecer no es la norma, pero este es el campo más hostil y bien sabido es, que la confrontación de ideas demanda certeza de lo que se busca y firmeza en lo que se cree. En este punto, como ya hemos visto, no es simplemente el censor editando-condicionando prohibiendo o saboteando; la estructura del poder, la mano que mueve los hilos está orientada hacia un adoctrinamiento (político, religioso, social o cultural) que pretende:

1. Enajenación: se limita al individuo en sus potencialidades y se controla al colectivo en sus acciones.
“El poeta no debe componer nada que pugne con las ideas que tiene la ciudad sobre las costumbres, el derecho, lo bello y lo bueno. No podrá mostrar sus composiciones a particular alguno, hasta no habérselas enseñado a los jueces nombrados al efecto y a los guardianes de la ley, y haber obtenido su aprobación.” -Platón; citado en: (Gil, 1985: 84)-

2. Dogmatismo: férreo control del establecimiento educativo y los centros de pensamiento; no pueden existir fisuras en la ideología oficial.
Para Platón, que en realidad no se ha planteado el problema de las bellas artes o de la creación literaria desde el punto de vista de la estética, sino el de la relación de dichas manifestaciones culturales con el Estado, lo que de ellas destaca en primer plano es la vertiente moral y pedagógica. La música la pintura y la literatura son medios de corregir y armonizar los sentimientos, y de infundir en las jóvenes mentes una recta opinión, antes de que el alma llegue a su madurez […].(Gil, 1985: 87)

3. Hermetismo: cualquier deliberación foránea es rechazada ipso facto so pretexto de “defender” el orden social y la buena moral.
La dictadura basó todas sus acciones en la teoría de que existen culturas legitimas (verdaderas) y culturas ilegitimas (falsas), y es el Estado (o las Fuerzas Armadas elevadas al sinónimo de Patria y llamadas a asumir el poder) el encargado de salvaguardar la buena fe de aquellos indefensos que son atacados por la amoralidad y la ‘Subversión’.(Bossie, 2006: 24)

4. Coerción: el miedo es la más efectiva herramienta de represión y al operar en masa, permite la manipulación del sub-consciente individual y del consciente colectivo.
Una sociedad que tiembla no puede pensar; ese es el daño más grave del absolutismo político y de la intolerancia religiosa. Los libros se consideran subversivos y comprometedores; […] el pueblo, de cívico y actuante, vuélvese horda genuflexa a los pies de sus verdugos; las virtudes se borran, sustituidas por la exhibición de fanatismos que suelen ser su caricatura.-Ingenieros José. Citado en: Censura contra las artes y el pensamiento. #1 Julio – Septiembre 1964-

A modo de un examen introspectivo de la finalidad de la censura y la propaganda oficial, así como las técnicas del censor, que no es más que uno de los engranajes del sistema, es interesante ver qué pasa por su mente al momento que decide censurar, ¿A qué le teme? ¿En dónde ve la amenaza? Sin duda el siguiente ejemplo es harto explícito:

¿Un libro de literatura infantil censurado? Pregunta emergida al enterarme de que La Torre de Cubos de Laura Devetach había salido de circulación en 1979. Una de las razones: ‘ilimitada fantasía’. […] Si entramos en La Torre de Cubos de Laura Devetach nos encontramos con ‘La planta de Bartolo’. Bartolo descubre una planta que da cuadernos y se los da a niños pobres. Pero se ve tentado por un vendedor que por dinero quiere quitarle la planta. Los chicos, los pajaritos y los conejitos se lo impiden. Cuestiona ideologías sociales. Simbología confusa. Atenta a la propiedad privada. (Bonacci, 2008: 86)

Puede acaso parecer exagerado, inverosímil o extraído de contextos lejanos, poco probables y de circunstancias extremas, de hecho, la parsimonia del pensamiento en una posición que resulta muy cómoda desde la modorra de limitarse a escuchar y obedecer, sin tomarse la molestia de cuestionar, ni mucho menos el riesgo de debatir, porque quien debate una posición ha de estar dispuesto a enfrentarse no sólo con los argumentos de su interlocutor sino también –y sobre todo– con sus propios prejuicios, a fin de romper los dogmas y construir (de ser posible) consensos; el respeto de las diferencias es base de la interacción entre las ideas, de su retroalimentación y la libertad para poder expresarlas, como dice Voltaire: No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo. Puede que nuestra actualidad nos resulte «normal», pero es pertinente reflexionar sobre los intereses del establecimiento y cómo estos inciden o no en nuestra percepción de la realidad, o de lo que se define como «real» « justo» o « verdadero»; todos estos juicios de valor son susceptibles de manipulación, y sin lugar a dudas el mayor triunfo de un aparato de censura es lograr que el adoctrinamiento sea tomado como algo naturalentre la opinión e igualmente que sea defendido y reproducido a través de la práctica política de la ciudadanía.

La homogeneidad ideológica constituye para el Estado- partido la condición primordial de su legitimidad y de su fuerza, pues no puede pretender a la identidad de criterio con el pueblo auténtico más que si este forma un bloque único sin fisuras ideológicas. Así pues, el carácter monolítico de la masa aparece como la condición necesaria y suficiente de la fuerza del régimen […]. (Editorial, 1965: 4)

Nota: Los hechos, argumentos teórico-políticos y personajes en el presente texto son exclusivamente producto de un interés académico-literario; cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y corre bajo la responsabilidad del lector asimilarlo con «Esta carnita y estos huesitos», «Partido de la U: ¡unidos como debe ser! »”, «Trabajar; trabajar y trabajar», «Estado de derecho», «Confianza inversionista» etc, etc… No obstante la advertencia, y como estamos en el país «¡más feliz del mundo! » gracias a la «Prosperidad Democrática», es probable que le surja una «encrucijada del alma», en caso tal, « ¡Por dios Bendito! Hijitos» se le invita al Puro Centro Democrático, de lo contrario… “SI LO VEO, LE VOY A DAR EN LA CARA MARICA” y “OJALÁ ME ESTEN GRABANDO ESTA LLAMADA”. Atte. El censor.
Colombia: ¿conciencias domesticadas?

Sí. Quiero vivir donde vivo, en mi tierra; desventurada como es, imperfecta como es. Aquí nací, fui niño, tuve ilusiones, quise transformar el mundo, amé y sufrí. Y porque a una tierra nos unen entrañablemente no sólo sus felicidades y virtudes sino –y sobre todo- sus tristezas y precariedades.
ERNESTO SÁBATO (1996: 129)

El estado de conflicto interno que padece nuestro país ha creado profundas diferencias políticas entre la sociedad civil, en torno básicamente a si la solución debe ser la negociación política, o la vía militar; como si acaso hubiera una fórmula mágica que garantice la paz de la noche a la mañana… El problema con esta polarización es cuando pasa de la divergencia de argumentos, a la confrontación directa estigmatizando y descalificando al otro con rótulos que van desde «apátrida » o « mamerto» hasta señalarlo de pertenecer a uno u otro bando del conflicto. El ex presidente Álvaro Uribe se especializó en esta clase de criminalización de sus opositores políticos, activistas, defensores de derechos humanos, periodistas y miembros de las altas cortes calificándolos como: «Voceros del terrorismo» «Intelectuales de las FARC» «terroristas vestidos de civil» (Zuleta Felipe, Las frases de Uribe, 2009). Lo más grave es que aún hoy, tras 8 años de demagogía fascista (y 2 años de terminar su gobierno), la opinión pública sigue cargada de rencillas ideológicas que giran en el círculo vicioso del amigo-enemigo: quien no está conmigo, está contra mí. Es evidente que en este ambiente de hostilidad mediática y persecución política auspiciado desde el propio gobierno, el artículo 20 de la Constitución Nacional queda en letra muerta.

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.
Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe Colombia.)

¿De qué carajos –digo yo- nos sirve que este «consagrada» la libertad de expresión si vivimos en la posición simplista y aletargada del «no me importa»? ¿De qué sirve, si optamos cómodamente por guardar silencio? La domesticación de las conciencias implica la indolencia, la resignación, el pensar en pequeño, la mentalidad del «buen pobre», gente que renuncia a sus derechos y se acostumbra a la injusticia, a la corrupción y a los atropellos del estado. Como se dice coloquialmente «deje así». Tragamos entero lo que nos venden, pero existe un derecho a recibir información veraz e imparcial. La libertad de expresión se debe ejercer plenamente como manifestación de una posición política clara y fundamentada. ¿Cómo se logra eso? con conciencia política. Conciencia de que somos parte de una sociedad civil, un colectivo del que formamos parte activa y por lo tanto, todo lo que le pasa, nos afecta en lo particular y nos incumbe en lo personal; es decir, somos responsables de nuestra realidad y de lo que hacemos por transformarla. El conocimiento nos hace responsables y el silencio nos hace cómplices. Jaime Garzón habló claramente de la importancia de manifestarnos, de asumir, en nuestras manos, el compromiso por salvar el país, la obligación de arrebatárselo a la minoría dominante que nos tiene deprimidos en la crisis política, económica, de valores… «Jaime se adelantó a la historia pero lo condenaron a no vivirla» reza en una caricatura de Vlado. Pero en su legado encontramos el retorno a la verdadera sabiduría, a la esencia como seres humanos que, al igual que los pájaros prohibidos es fuente de esperanza para derrotar la censura y la enajenación partiendo de lo más sencillo y valioso: el respeto por las diferencias:

(…)El artículo 11 para nuestra constitución, para vergüenza de nuestra constitución dice: “Articulo 11: nadie podrá ser sometido a pena cruel, trato inhumano o desaparición forzada” ¿Sabe qué tradujeron los indígenas?
“Pedazo diez dos: Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie, ni hacerle mal en su persona, aunque piense y diga diferente.” […]Con ése artículo que nos aprendamos, ¡salvamos este país! por lo menos sus hijos van a tener un país mínimamente más agradable.
Eso era lo que les quería decir. Muchas gracias.
(Garzón Jaime, Conferencia en Cali)

Bibliografía

• Báez Fernando. (2004) Historia Universal de la destrucción de libros. De las tablillas Sumerios a la Guerra de Irak; Barcelona: Ediciones Destino
• Bonacci Silvana. (2008) Un golpecito a la palabra. En Solari Tomás & Gómez Jorge (compiladores). Biblioclastía: los robos, la represión y sus resistencias en bibliotecas, archivos y museos de Latinoamérica. Buenos Aires: Eudeba
• Coetzee John Maxwell. (2007) Contra la censura: ensayos sobre la pasión de silenciar. Bogotá: Random House Mondadori
• Galeano Eduardo. (1987). Memoria del Fuego III: El siglo del viento. México: Siglo XXI Editores.
• Gil Luis. (1985). Censura en el mundo antiguo. Madrid: Alianza Editorial.
• Pink Floyd. (1979) The Wall. Reino Unido: Producción de Bob Ezrin, David Gilmour & Roger Waters.
• Sábato Ernesto. (1996) Entre la letra y la sangre: Conversaciones con Carlos Catania. Bogotá: Planeta
• Silva Jorge (Productor) &, Rodríguez Martha (Director). (1975). Campesinos [Documental]. Bogotá: Fundación Cine Documental
• Tecglen Eduardo. (1974) Diccionario político. Bogotá: Círculo de Lectores.
En Internet:
• Báez Fernando. (2004). Atentado Cultural en Irak. [En línea]. Consultado el 24 de Junio de 2012 en revistanumero.com: http://revistanumero.com/index.php?option=com_content&task=view&id=183&Itemid=39&catid=29
• Bossié, F. (2006). Historias en común: censura a los libros en la ciudad de La Plata durante la última dictadura militar (1976-1983). [En línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.265/te.265.pdf
• Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe Colombia Capitulo VIII: El derecho a la libertad de pensamiento y expresión [En línea]. Consultado el 9 de Julio de 2012 en: http://www.cidh.org/countryrep/colom99sp/capitulo-8.htm
• Garzón Jaime. (Febrero 14 de 1997). Conferencia en la Corporación Universitaria Autónoma de Occidente Santiago de Cali. Consultado el 9 de Julio de 2012 en: http://www.youtube.com/watch?v=RBjm0dTL7EE&feature=related

• Zuleta Felipe. (2009). Las frases de Uribe. [Blog en línea]. Consultado el 9 de Julio de 2012 en: http://felipezuleta.blogspot.com/2009/12/las-frases-de-uribe.html

Revistas:
• Censura contra las artes y el pensamiento. (1964). (Número 1), Julio-Septiembre
• Editorial. Censura contra las artes y el pensamiento. (1965) (Número 3), Enero-Marzo
• González María Antonia, & Martínez Rosaura. (2009). Censura. Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México, (65)

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