ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
del carnaval.
Prosas Profanas. Canción de carnaval
Rubén Darío
Las reinas, en el carnaval estudiantil de la Universidad Nacional de Colombia, constituían uno de los elementos simbólicos de mayor importancia. Al lado de la bandera, el Pericles y las carrozas, las soberanas jugaban un papel de embajadoras de los estudiantes ante el gobierno y otras estancias. A diferencia de los reinados de belleza actuales, en los que estamos acostumbrados a escuchar respuestas estereotipadas a las preguntas de rutina sobre la realidad del país, las reinas estudiantiles más que belleza tenían un perfil de líderes políticas, generadoras de cambio y mediadoras de espacios de discusión, en los que eran protagonistas por sus posturas críticas.
En uno de estos espacios de debate se presentó uno de los primeros reconocimientos en el cual se proclamó abiertamente el papel político de una mujer en el ámbito estudiantil. Como nos relata el profesor Ciro Quiroz: El 11 de junio de 1924, el segundo congreso estudiantil, reunido en Bogotá hizo alusión a las reinas, según la ponencia de los estudiantes Luis Ángel Arango, Guillermo Londoño, Jorge Soto del Corral y José Luis Trujillo, en donde se manifestó: “…debemos especial reconocimiento a doña Elvira Primera de Bogotá, doña Cecilia Primera de Popayán y doña Susana Primera de Tunja, cuyos logros políticos en las propuestas estudiantiles, sin su concurso no hubieran resultado eficaces”. (2003: 104)
El protagonismo de las mujeres en los carnavales de la Universidad Nacional como reinas, significó su primera aparición en la academia. Las costumbres de la época, apelando a la moral y a las tradiciones, limitaban a las mujeres a labores de crianza y del hogar. Sin embargo, hacia mediados de la década de los años veinte, algunas mujeres empiezan a participar en el ámbito académico universitario en el reinado estudiantil -también llamado torneo estudiantil-, en el marco de la Fiesta del Estudiante.
“[…]la entrada de la mujer a la fiesta acabó traduciéndose en la reforma universitaria que le dio el vuelco a unas escuelas hasta entonces mantenidas dentro del rigor de un seminario eclesiástico […] La verdad es que, bailando, cantando y tirando serpentinas, vino a cumplirse la reforma radical de la universidad. A los dos años de establecida la fiesta del 21 de septiembre, Día de la Primavera, empezaron a abrirse las aulas para la mujer. Pero en el principio fue la serpentina…” (Arciniegas, 1996. Párr. 7)
El papel de ser representante de un grupo, supone la tarea de encarnar valores altruistas y culturales acordes con la identidad que representa. En este sentido las reinas estudiantiles, desde la tercera década del siglo XX, abogaban por los derechos de sus “súbditos”, los estudiantes; representaban un ente transformador cultural y político, fundamental en el cambio que se estaba gestando en la época.
Cuadro de Votaciones 1924, tomado de Mundo al Dia
Las reinas en los años 20 y 30
Tened miedo de aquellas que eclipsan,siendo feas, a las bellas.
Ramón de Campoamor
Aparición del torneo estudiantil y la elección de las soberanas
El reconocimiento y reglamentación del reinado estudiantil se realizó en el congreso de estudiantes. Ya se habían realizado dos Reinados Estudiantiles sin dicha reglamentación, sin embargo, el D. Robledo presentó en la sesión del 25 de septiembre de 1924 un proyecto reglamentario sobre la elección de las Reinas Estudiantiles y éste fue aprobado en primer debate.
El proceso de elección de las reinas empezaba con la nominación por parte de los estudiantes, quienes se reunían en sus facultades yseleccionaban a una representante. Era costumbre realizar recepciones en honor a las candidatas en las mismas facultades, que en ese entonces se encontraban en diferentes partes de la ciudad de Bogotá, donde no faltaba la cordialidad y las serpentinas, ni el baile por supuesto. Organizaban caminatas, como la que se realizó a las minas de Zipaquirá con la reina en ese momento la señorita Elvira Zea Hernández (Cf. Mundo al día, Septiembre de 1924), al igual que serenatas, becerradas y el tradicional desfile en carrozas, como muestra de apoyo a su candidata.
Los aspectos principales que se tenían en cuenta cuando se escogían las reinas eran su cultura, su diplomacia y su liderazgo, a estos Tomas Rueda Vargas añade lo siguiente: “… no se reclutan en las estratos superiores de la sociedad…”. Sin embargo, según diferentes fuentes, como el periódico Mundo al día y el libro Carnestolendas y carnavales en Santa fe y Bogotá, podemos afirmar que sí existían otros factores que afectaban la elección de las candidatas.
Se daba lugar a la votación, días anteriores a la Fiesta del Estudiante. Para votar se debía pagar 5 centavos por boleto y esto implicaba un gran movimiento de recursos1. Una persona podía votar varias veces si tenía el dinero para comprar más boletos, de ahí que las ganadoras fueran de familias poderosas. Resonaban entre las candidatas apellidos como Samper, Vélez, Zea y otras tantas candidatas de familias pudientes y de influencia política.
Se recibían todas las nominaciones que los estudiantes realizaban. Sin embargo, dado que permanecía latente la aristocracia en el reinado, se presentaban constantes renuncias de las candidatas. Una de las candidaturas que más llamó la atención fue la de la Señorita Elena Ospina Vásquez, hija del presidente de la república Pedro Nel Ospina, quien fue elegida como reina en el año de 1924. Competía contra otras 46 candidatas, y dada la influencia de su padre, al final de reinado sólo quedaban 6 contendientes. Se sugiere que esas pocas candidatas se mantuvieron en el certamen seguramente por las presiones para darle legitimidad (Cf. González, 2005: 118).
Se recuerda especialmente la curiosa renuncia de la candidata Isabel Murillo Escobar, hija del famoso compositor, Emilio Murillo, se encuentran sus palabras en el periódico Mundo al día:
Mucha pena me daba a mi corresponder a los estudiantes que deseaban que yo fuera su reina, tanto más cuanto yo los quiero mucho por que son muy amables y tan buenos, pero mi madre me hizo ver la necesidad de mi renuncia, pues yo no sirvo para reina, por que para ser reina de los estudiantes es necesario ser inteligente y bonita… y yo carezco de esas cualidades; en una palabra, renuncié por que no me creí capaz de ser reina de los estudiantes.
Otras reinas ni siquiera fundamentaban su renuncia, sólo argumentaban tener motivos personales, como la señorita Argaéz: “motivos ajenos a mi voluntad me privan del honor de aceptarla [refiriéndose a la candidatura] y junto con mi irrevocable renuncia les envío mis manifestaciones de eterna simpatía y amistad”. (Helena de Argaez. Bogotá Septiembre 6 de 1924).
El escrutinio de la elección de la Reina de los Estudiantes se realizaba en la Casa del estudiante. En el periódico Mundo al día, se podía seguir de cerca el conteo diario de los votos. (Las soberanas seleccionadas entre los años 1922 y 1934, en la Fiesta del estudiante se encuentran en González, 2005, p 116)
La Reina de los Estudiantes tenía una bellísima fiesta en el teatro Faenza con motivo de su coronación y la acompañaba la reina saliente. Éstas, acompañadas de sus Cortes de Honor, en medio de una lluvia de serpentinas y flores, celebraban sus logros como líderes estudiantiles. Se rendía un homenaje a todas las reinas al final de su mandato, y se recuerda especialmente a la señorita Elena Ospina Vázquez como la fundadora de la Casa del estudiante.
Eran inolvidables los discursos de uno de los presidentes más representativos que ha tenido Colombia, Guillermo Valencia el llamado “Presidente Poeta”. Este presidente tenía gran simpatía por El reinado Estudiantil y la Fiesta del Estudiante; siempre se pronunciaba en varios de los eventos estudiantiles, por su admirable habilidad para el discurso.
Era tanta la importancia de los reinados estudiantiles en estos primeros años que la ciudad se paralizaba. La reina, si bien duraba solo tres días, en los cuales podía realizar designios -reales órdenes- los cuales debían ser cumplidos al pie de la letra. Aprovechaba así ese tiempo para generar un cambio social y político:
Nuestros reinados estudiantiles, que no son el efímero pasatiempo de unas horas de bullicio, sino algo como una institución permanente que va convirtiéndose en una necesidad imprescindible de la vida social; que ha prestado servicios desproporcionados con el corto tiempo de su existencia y con los recursos materiales que se han dispuesto […] (Rueda, 1963: 297).
Cuando el periodo de las reinas, durante el cual podían realizar designios, se terminaba, ellas no olvidaban su naturaleza política y tomaban un papel de figura pública, asistían a eventos públicos junto al presidente y se mantenían al tanto de los asuntos estudiantiles.
El último reinado
En 1934 el carnaval fue suspendido por decisión de la Federación de Estudiantes luego que la reina Mariana I, se viera involucrada en la disolución de la huelga de los trabajadores de la cervecería Germania, de la que su padre era dueño. Se supone que como reina su deber era abogar por los derechos de sus “súbditos” pero con sus acciones estaba haciendo precisamente todo lo contrario. Esto generó diversas reacciones políticas y cambió la percepción que tenían los estudiantes del carnaval y su reinado, ahora se pensaba que se había vuelto una fiesta de los de arriba.
Luego de la suspensión del carnaval en 1934, se creyó desterrada la celebración, pero en el año1965 la llama de los estudiantes prendió el carnaval de la Universidad Nacional de nuevo. Cada facultad eligió su candidata:
Esa vez compitieron Luz Stella Mosquera, de Derecho, la más política, encarnaba la izquierda, porque su hermano Pacho lideraba la ideología del compromiso, Blanca Mónica Pacheco, de Veterinaria; Paula Martínez, de Ciencias de la Educación; Aida Triana, de Sociología; Vilma Garrido de Agronomía; Viky Suárez, de Artes; Nubia Becerra, de Ciencias Naturales y Ofelia Gómez, de Enfermería. (Quiroz, 2003: 146)
También resuenan los nombres de Clemencia Echeverry, reconocida artista plástica, y Carmen María Romero Isaza, actualmente la Secretaria de Sede, de la Universidad Nacional, en Bogotá. Los egresados, en los últimos años, de esta institución tienen en su diploma de grado la firma de esta representante de la belleza y el liderazgo femenino de la Universidad.
En los carnavales de 1996 y 1997, en cambio, la presencia de los reinados fue nula. Se desterraron de la celebración las reinas, con el argumento de que eso significaba una burla a la mujer; la repetición de una tradición colonial fatídica de explotación femenina.
En el año 2010 reaparecen los carnavales y las reinas, esta vez no hubo reinado, ni elección de soberanas, ni votación pública, pero entre las comparsas y carrozas se podía observar una que otra “reina”. Aparecieron personajes femeninos que tenían un tinte político bastante ácido; reinas satíricas de los elementos representativos de la cultura colombiana como Miss Traguitos, Salud, Medio Ambiente, Meritocracia, Moda, La pelona, Rebusque, Justicia y Corrupción y la División de Archivo y Correspondencia, en un intento de recuperar la historia, en un carro antiguo presentó a las que vendrían siendo las reinas de cultura colombiana como Miss Traguitos, Salud, Medio Ambiente, Meritocracia, Moda, La pelona, Rebusque, Justicia y Corrupción y la División de Archivo y Correspondencia, en un intento de recuperar la historia, en un carro antiguo presentó a las que vendrían siendo las reinas de
Referencias
González Pérez, M. (2005). Carnestolendas y Carnavales en Santa Fe y Bogotá. Bogotá: Intercultura.
Quiroz Otero, C. (2003). La Universidad Nacional de Colombia en sus pasillos. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Periódico Mundo al Día 1921-1934
Periódico El tiempo 1921- 1925
Rueda Vargas, T. (1963). Escritos, Tomo 3. Bogotá: Antares.